Reclutar personal no es publicar ¿Por qué no basta con subir una vacante a LinkedIn?
- Rinteli

- 12 ago
- 3 Min. de lectura
Por Recursos Humanos Rintel

En muchas empresas, el proceso al reclutar personal comienza y tristemente termina; con una acción muy simple: subir la vacante a LinkedIn y esperar que lleguen candidatos.
La escena se repite una y otra vez: el gerente o el reclutador redacta una descripción detallada, agrega requisitos y beneficios, elige una imagen corporativa llamativa y publica. En ese momento, se siente que ya se hizo “lo más difícil”. Sin embargo, la realidad es que ese es solo el paso más básico del proceso… y, a veces, el menos determinante.
¿Por qué? Porque las plataformas de empleo funcionan como grandes escaparates. Según datos de LinkedIn, se publican más de 14 millones de vacantes activas al mes en todo el mundo. Eso significa que tu anuncio compite con cientos o miles de oportunidades que pueden parecer similares. A menos que tengas una estrategia adicional para destacar, tu publicación corre el riesgo de perderse en cuestión de horas, incluso minutos.
Además, el simple hecho de recibir muchas postulaciones no significa que estés reclutando bien. De hecho, uno de los errores más comunes es confundir cantidad con calidad: puedes recibir 200 currículums y que ninguno cumpla el perfil real que necesitas. Aquí es donde se rompe el mito del “publicar y esperar”.
Del “publicar y esperar” al reclutar personal con intención
El verdadero reclutamiento no se limita a dejar un anuncio flotando en internet. Implica moverse, buscar, analizar, persuadir y atraer. Esto es lo que llamamos reclutamiento activo: ir directamente hacia el talento que buscas, en lugar de esperar que llegue por casualidad.
Piénsalo así: si un entrenador de futbol buscara al mejor delantero para su equipo, no esperaría que el jugador toque la puerta y le deje un currículum; saldría a observar partidos, revisaría estadísticas, hablaría con otros entrenadores y evaluaría opciones. El reclutamiento activo es exactamente eso: salir al terreno de juego para encontrar a tu mejor ficha.
Un reclutador eficaz:
No se conforma con los candidatos que “llegan”.
Investiga en redes, bases de datos y comunidades profesionales.
Se conecta con talento pasivo, es decir, personas que no están buscando empleo activamente, pero que podrían interesarse por una buena propuesta.
Construye relaciones a largo plazo para futuras vacantes.
La diferencia es simple pero crucial: mientras el reclutamiento pasivo deja todo al azar, el activo diseña un camino directo hacia los candidatos ideales y maximiza las probabilidades de éxito.
Marketing y canales de reclutamiento más allá de LinkedIn
Un error común es depender únicamente de un canal, por más popular que sea. LinkedIn es una herramienta poderosa, pero no es la única ni siempre la más efectiva para todos los perfiles. Los mejores procesos de reclutamiento combinan múltiples canales:
Bolsas de trabajo especializadas para áreas técnicas o nichos específicos.
Programas de referidos que aprovechan la red interna de colaboradores.
Ferias de empleo y networking para contacto directo con talento disponible.
Comunicación directa vía correo o llamadas, que genera cercanía y atención personalizada.
Además, aquí entra en juego un elemento clave: el marketing de reclutamiento. Antes de que el candidato lea tu vacante, ya tiene una percepción de tu empresa. Si tu marca empleadora está bien trabajada, será más fácil que confíe en ti y aplique. Esto se logra con storytelling en las descripciones, compartir testimonios reales de empleados y proyectar una cultura organizacional auténtica.
Publicar una vacante es como encender un faro en medio del océano: puede atraer barcos, pero no garantiza que llegue el que buscas. Reclutar requiere estrategia, movimiento y un trabajo constante para construir relaciones con el talento adecuado.
Porque al final, el talento no se encuentra esperando… se busca con intención, estrategia y visión.
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