Por María Ramírez
¿Has escuchado este término antes?
La salud mental en el trabajo es de vital importancia y con frecuencia muy poco atendida por parte de los profesionistas de la salud y por parte de los mismos trabajadores quienes nos limitamos a dar cursos de Seguridad e Higiene o enviar a los colaboradores a revisiones físicas cuando tienen afecciones de la salud física dentro del centro de trabajo. ¿Pero qué pasa con el estrés laboral?.
El Síndrome del Burn-out o Síndrome del Quemado, se refiere a un tipo estrés laboral del que pocos hablamos y que provoca agotamiento físico, emocional o psicológico. Las personas que lo padecen pierden el interés en sus tareas, su sentido de responsabilidad hacia el trabajo, presentan agotamiento y en ocasiones puede ser diagnosticado como depresión y/o confundir sus síntomas.
¿Cómo diferenciar este síndrome de la depresión?.
La depresión ataca otras esferas de la vida, no sólo la laboral. En cambio según los profesionistas de salud el Síndrome del Burn-out; “Es un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios”.
Entre los indicadores que se pueden presentar está:
· Agotamiento Emocional, fatiga o depresión.
· Relaciones de los síntomas con la actividad laboral.
· Aparición de los síntomas en personas que no hay tenido ningún trastorno psicológico o enfermedad mental.
· Ineficiencia y pobre desempeño.
Los disparadores de este síndrome silencioso pueden ser:
· Cargas excesivas de trabajo.
· Tiempo insuficiente para realizar el trabajo y presión para llevar a cabo el trabajo.
· Falta de información o incapacidad para desarrollar las actividades de manera satisfactoria.
· Carencia de apoyo de los líderes de la compañía.
· Falta de autonomía y toma de decisiones en el centro de trabajo.
· Incompatibilidad de los valores éticos de la persona con las de la organización.
· Falta de reconocimiento laboral.
Si bien este síndrome fue catalogado para ciertas profesiones, el mundo laboral está evolucionando de una manera muy acelerada siendo cada vez es más demandante, requiriendo jornadas de trabajo más largas y provocando ambientes laborales más estresantes y más competitivos.
¿Qué debemos de hacer para contrarrestarlo?
Las organizaciones tenemos que crear conciencia y:
· Promover una cultura donde no sea la cantidad de horas sino la calidad, reduciendo las jornadas laborales como lo hacen en otros países.
· Días de descanso en los que el colaborador esté libre de actividades o llamadas relacionadas con su trabajo.
· Distribución equitativa de cargas de trabajo.
· Fomentar la autonomía de los trabajadores.
Y finalmente como empleados necesitaríamos:
· Crear ambientes sociales y familiares fuera de horarios laborales.
· Permitirnos cumplir con compromisos familiares y estar no solamente en cuerpo presente sino también con nuestra atención.
· Limitar nuestro uso de celular.
· Tener una mejor alimentación y hacer deporte o actividades físicas o culturales.
· Asistir a terapia para mejorar nuestra salud mental.
· Tomar vacaciones.
Las consecuencias de no prestar atención a nuestra salud psicológica en nuestro lugar de trabajo se refleja en las interacciones con nuestros compañeros y nuestros jefes. Derivando en mal ambiente laboral y diversos problemas de cultura organizacional.
Por lo que concluyo esta nota haciendo un llamado a protegernos y tomar las medidas necesarias para no sobrepasar nuestros límites físicos y psicológicos y tomar el tiempo necesario que nos pide nuestro cuerpo para seguir con las actividades laborales que tanto disfrutamos y seguir haciéndolo sin afectarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean.
C. Maslach y S.Jackson
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